Celebramos el día de “La mujer Trabajadora”. Me pongo a pensar y me siento orgullosa de celebrar este día, pero no por ser mujer, sino por todo lo que conlleva.
Desde que en el año 1933 se celebraran las primeras elecciones en España con sufragio universal, el papel de la mujer en la sociedad ha ido cambiando a pasos agigantados. Este es un día en el que hay que pararse a reflexionar sobre los avances conseguidos y celebrar los actos de valor que han desempeñado las mujeres a lo largo de la Historia.
En épocas pasadas era imposible ver a las mujeres desempeñando cargos en empresas, a no ser que fueran todos aquellos relacionados con las labores de una casa. Ahora, gracias al cambio que ha sufrido la sociedad, es fácil ver a las mujeres al frente de grandes empresas, en puestos importantes en política, etc. Por fin la mujer ha podido demostrar su valía en todos los campos de la vida.
Debo matizar y decir muy alto que “el progreso de la mujer, es el progreso de la sociedad”. Reconozco avances en el reconocimiento de valores y dignidad de las mujeres, pero todavía hay muchas dificultades, como la incompatibilidad de la vida laboral con la vida familiar. En este sentido, antiguamente el trabajo de la mujer era despreciado, y la maternidad era rechazada por ser considerada un impedimento para el desempeño de sus funciones profesionales, si bien es cierto, que hoy en día, prácticamente no echan a ninguna mujer de su trabajo por su maternidad, todavía hay algunas empresas que no lo ven con buena cara, por esto debemos continuar trabajando.
Debemos luchar por el reconocimiento de nuestra profesión, por una remuneración acorde con nuestro trabajo desempeñado, y no luchar por el objetivo falso que nos quieren intentar meter en nuestra cabeza, de que por ser mujer nos tengan que regalar algo. ¡No! Yo no quiero que nadie me regale nada por el mero hecho de ser mujer, sino que me den lo que me merezca, simple y llanamente.
Como dejo muy claro en el párrafo de arriba, no voy a reivindicar el papel de la mujer por encima de todo y pese a lo que sea. Lo único que voy a reivindicar, y por eso trabajo todos los días, es por el reconocimiento del trabajo que realizamos, porque a mí nadie me manipula con la famosa “Ley de Paridad”, ya que para mí una verdadera ley de paridad, es la que premia al que vale, es decir, si vale más un hombre en mi trabajo el puesto será suyo, para mi esto es la verdadera igualdad, y no la que constantemente nos están queriendo vender, que lo único que hace(la famosa ley) es desperdiciar a genios, en detrimento de la mujer.
En resumen, para mi la verdadera igualdad es la que recibe el respeto de todos, hombres y mujeres, por un trabajo bien hecho desde el esfuerzo y la superación diaria, es la valoración de las capacidades y del trabajo de las personas, es la igualdad de oportunidades para que todos podamos desarrollar nuestras capacidades y nuestros talentos.
Fátima Torija Carpintero
NN.GG de Guadalajara
jueves, 12 de marzo de 2009
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